La arquitectura y el color deben vivir en armonía; optar por un color u otro determina, en parte, el carácter del espacio que se está diseñando.

El color y la arquitectura son dos conceptos que van de la mano; el color es el encargado de crear interés y generar emociones. De acuerdo a la elección y aplicación del color en los espacios, es posible destacar, favorecer, disimular u ocultar cosas, así como indicar el tamaño, importancia, temperatura y profundidad de los espacios.

 

La paleta de colores a utilizar es una de las partes más importantes de cualquier diseño arquitectónico; por ello, la clave para lograr un buen proyecto es hacer una correcta elección de los colores y espacios en los que se aplicará.

 

Existen diversos métodos para elegir paletas cromáticas armonizadas, y todos ellos tienen como base el círculo cromático o rueda de color. Para poder entender estos métodos, es necesario conocer los colores que conforman el círculo cromático:

Colores primarios: rojo, azul y amarillo. Son aquellos que no se pueden obtener a partir de la mezcla de otros colores.

Colores secundarios: violeta, verde y naranja. Son aquellos que se obtienen de la mezcla de 2 colores primarios.

Colores terciarios: también llamados colores intermedios. Son aquellos que se obtienen al mezclar un color primario y uno terciario.

 

La rueda de color siempre incluye estos 3 tipos de colores, sin embargo, no necesariamente en su versión más saturada o vibrante; también es posible usar un círculo cromatico que tienda hacia los tintes (agregando blanco), sombras (agregando negro) o diversos tonos (agregando grises). 

 

Una vez que se tiene el círculo cromático, es necesario elegir uno de esos 12 colores, que será el color dominante. Pero, ¿cómo elegirlo? Ahí es donde entra la psicología del color, que es un campo de estudio que analiza el efecto del color en la percepción y conducta humana. Hay colores cálidos y fríos; la diferencia entre ellos se llama temperatura del color. Se considera colores fríos al azul, violeta y verde, mientras que los cálidos son rojo, naranja y amarillo. Cada color transmite sensaciones y emociones distintas, por lo que el carácter del espacio sobre el que se apliquen los colores puede cambiar dependiendo de éstos.

Al momento de diseñar espacios, es importante elegir el color dominante y algunos más para formar una paleta de colores. Para realizar la elección la paleta existen diversos esquemas:

Color monocromático: Varios tonos del mismo color (adicionando blanco o negro).

Color complementario: Colores que se encuentran en dos extremos de la rueda de color.

Color complementario adyacente: Se elige un color dominante y los 2 colores que se encuentran a los lados del color complementario.

Color análogo: Se usan colores vecinos en el círculo cromático, por lo que tendrán un color primaria como común denominador.

Color triadico: Se utilizan 3 colores equidistantes en la rueda de color. Gran contraste visual.

Color tetrádico o rectangular: Usar dos pares distintos de colores complementarios.Color cuadrado: Cuatro colores del círculo cromático que tengan la misma distancia entre sí.

Todos estos métodos son excelentes opciones para crear ambientes armónicos que cumplan con las necesidades de los espacios y de los usuarios.