La neuroarquitectura es una disciplina que estudia cómo el entorno y el diseño de los espacios influye en el comportamiento, sentimientos y sensaciones de los seres humanos. En este artículo te contamos cuáles son los principales elementos que afectan nuestro sentir y actuar según la neuroarquitectura.
Se calcula que los seres humanos pasan cerca del 90% de su día dentro de edificios; y la neurociencia ha descubierto que la arquitectura y el diseño de los espacios afecta de manera importante el comportamiento de las personas, tanto positiva como negativamente. La disciplina que estudia cómo el entorno afecta cognitivamente el comportamiento de las personas se llama neuroarquitectura.
Si bien, la neuroarquitectura se ha puesto en práctica desde hace siglos, fue denominada como una ciencia hace casi 30 años. Arquitectos y neurocientíficos han trabajado conjuntamente para analizar y determinar los elementos arquitectónicos que influyen las percepciones cerebrales y cómo lo hacen. Los estudios realizados han comprobado que estos factores pueden significar una influencia positiva o negativa en la percepción que se tenga del espacio, y por ende, el comportamiento de las personas en dichos entornos, la cual puede tender a percibir los edificios como saludables o edificios enfermos. Algunos de estos elementos son:
Iluminación: La iluminación es el elemento clave para determinar la experiencia del usuario dentro de un espacio. La luz natural fomenta la concentración de las personas y genera un ambiente mucho más amable que la luz artificial. Por el contrario, la luz artificial obliga al cerebro a realizar un mayor esfuerzo al realizar tareas, lo que puede afectar la productividad.
Vegetación: Al igual que con la luz natural, el contacto del ser humano con la vegetación y zonas verdes aumenta la capacidad de concentración y genera ambientes más amables, favoreciendo la calma y tranquilidad. En general, los espacios verdes hacen que las personas se sientan más felices.
Uso del color: Es bien sabido que los colores influyen en la percepción y conducta humana, de hecho, hay todo un campo de estudio que se dedica a analizar la psicología del color. Hay tonos que por su semejanza a los colores de la naturaleza, inciden en la percepción de los espacios como saludables, provocan la sensación de confort y reducen el estrés; a veces es bueno combinarlos con tonos muy llamativos que provoquen concentración.
Altura de los espacios: Quizás este factor pueda parecer menos obvio que los demás, pero se ha demostrado que los espacios con mayor altura libre favorecen la realización de tareas creativas y/o artísticas, mientras que las alturas bajas son mejores para fomentar la concentración en actividades rutinarias.
Geometría: Los ángulos de las paredes, la geometría del espacio y el mobiliario también afectan el cómo nuestro cerebro interpreta el entorno y cómo nos sentimos; por ejemplo, los ángulos rectos tienden a crear mayor estrés o ansiedad que las curvas o los contornos “suaves”, ya que estos nos transmiten seguridad y comodidad. En cuanto a la geometría, es sabido que los espacios rectangulares generan un mejor efecto que los cuadrados puesto que estos últimos pueden provocar sensación de encierro.
Sonidos: Este factor depende mucho de cada persona, puesto que cuando alguien escucha música de su agrado genera cantidades extras de dopamina, lo que provoca una mayor concentración, memoria y aprendizaje. Los sonidos de la naturaleza causan un efecto similar al de la vegetación, crean ambientes relajantes y amables.
La neuroarquitectura es especialmente importante en la rama de la arquitectura corporativa pues los efectos que los elementos arquitectónicos provocan, influyen altamente en la productividad de las personas y en los niveles de estrés y ansiedad, por lo que resulta fundamental tomar en cuenta esta disciplina a la hora de diseñar los espacios de trabajo donde solemos pasar tantas horas.
GMA-rchitects, se apoya en la neuroarquitectura para lograr la satisfacción de los requerimientos de sus clientes y su presencia con el mercado global.